sábado, 27 de enero de 2018

Tomasa Tito Condemayta, la cacica indómita

Tomasa Tito Condemayta nació en Acomayo, al sur del Cusco, hacia el año 1750. Su participación en la rebelión de 1870, fue decisiva. Descendiente de la nobleza incaica, ejerció el Cacicazgo de Acos, en el corregimiento de Quispicanchis. Tenía cuarenta años cuando organizó la “brigada de mujeres soldados” que defendió con éxito el puente de Pillpo. Los españoles la tomaron prisionera y la sometieron a crueles torturas para que denunciara el plan que se gestaba contra los realistas. Todo fue en vano. Tomasa soportó con dignidad y enorme valor las torturas, sin dar muestras de dolor ni arrepentimiento por los actos de que le acusaban. Cuando a los españoles se les acabó la esperanza en hacerla hablar, fue condenada junto a Túpac Amaru y Micaela Bastidas, a una muerte cruenta. Primero le cortaron la lengua, para después colgarla y que todos la vieran y escarmentaran.
 
 
 
La cacica de Acos, insurgente de mayor jerarquía 
Cuando estalló la revolución de Túpac Amaru II, Tomasa Tito Condemayta fue una de sus decididas partidarias, demostrando valor y espíritu de lucha. Según afirma el obispo Moscoso, ella era la persona de más jerarquía que acompañó a Túpac Amaru en la Rebelión de 1780. En los actos heroicos sucedidos, sus rasgos indígenas y porte militar se distinguieron entre muchas mujeres. Ella acompañó a la heroína Micaela Bastidas, de la que nunca se separó. Cuando el gran Túpac decidió tomar el Cusco, junto a él marcharon Micaela, Tomasa y otra célebre mujer, Cecilia Escalera Túpac Amaru. En una carta que Tomasa leenvía a su amiga, Micaela, le dice: “Continuaré hasta donde sea posible. Ni mis mujeres ni yo dejaremos tranco de huella sin cubrir. El invasor no pasará sino sobre nuestros cadáveres. Anima a Túpac Amaru y tú no desesperes”.
 
El batallón de mujeres de Tomasa Tito
 
Tomasa era gran estratega militar, reclutaba hombres y armas y se dedicó a organizar un batallón de mujeres que, en su momento, defendieron e hicieron retroceder a los españoles en la batalla de Pillpo. Ella fue la que lo comandó. El triunfo le produjo una enorme alegría que fue festejada con sus mujeres soldados al son de las “kachampas”. A sus acciones militares se suma la batalla de Sangarará en que fueron derrotados los españoles.
 
Luego de que Tomasa y Micaela fueron muertas, hubo incursiones brutales en Acos y miles de mujeres fueron decapitadas, violadas, asesinadas, sin tener derecho a que su grito fuera registrado en las páginas de la historia peruana. Es más, la lucha de Tomasa ha sido tergiversada por la historia machista que habla de un romance con Túpac Amaru. Mario Carrión (2008) refiere que poco falta para decir que ella se hizo insurrecta porque fue amante de Túpac Amaru, situación que nunca sostuvo su esposo Faustino Delgado.
 
Abusos a mujer indígena por su condición de género
 
La participación de las mujeres en la lucha por la libertad indígena, fue una realidad. No es terquedad feminista, sino que mujeres como Tomasa Tito Condemayta, Micaela Bastidas, Bartolina Sisa –líder aymara– y otras mujeres, se caracterizaron por tener una personalidad aguerrida y un fuerte compromiso con la libertad lo que llevó a que fueran comandantes, generales y soldados.
 
Como sabemos, la invasión española constituyó un entramado militar dirigido a abusar de la mujer. Pocos trabajos de investigación se han dado para desvelar los maltratos a la mujer india por su condición de género. La concepción de supremacía no solo consideró la muerte indígena asentada en la “supremacía blanca”. Esta fue más fuerte con la mujer india, considerada una raza y un género “inferior”.
 
La conducta guerrera de las mujeres indias provocó asombro entre los españoles. Ellos advirtieron que las indias luchaban junto a sus compañeros varones en igualdad de condiciones. Tomasa era un ejemplo de ello. Al ver las injusticias que sufrían los indios en los obrajes de Potosí, alzó su voz de protesta y entregó su vida contra el invasor junto a Túpac Amaru y Micaela Bastidas. En adelante, su conducta fue ejemplo y replicada por miles de indias que organizaron brigadas militares para defenderse. En esta circunstancia, la violencia del invasor se ensañó contra las mujeres a través de exterminios masivos “ejemplificadores”. Alipio Valencia sostiene que a las mujeres, los españoles las usaron como carne de placer (Valencia, 1978: 17). Esto queda corroborado. En las torturas y combates se las trató como a hombres enemigos. Llama la atención que en los relatos no se mencionen las violaciones sexuales por parte de los españoles a las indígenas. Es oportuno indicar que ese silencio no significa que en medio de tanta violencia no se hubieran producido.
 
La muerte heroica de la descendiente inca
Tomasa Tito Condemayta fue ejecutada el 18 de mayo de 1871. Su muerte fue tan cruel del mismo modo que la de Túpac Amaru II y Micaela Bastidas. A la Cacique de Acos, descendiente inca, primero le cortaron la lengua, su cuerpo fue descuartizado y cada uno de sus miembros fueron dispuestos en distintos lugares del Cusco. Su cabeza fue enviada a la plaza de armas de Arcos como medida de escarmiento a fin de evitar que los pueblos volvieran a sublevarse a la opresión española.
 
Tomasa Tito Condemayta, invisibilizada
 
La cacique de Acos ha sido invisibilizada por la historia peruana. Sin embargo, su heroísmo traspasó fronteras. En reciente estudio el historiador boliviano Fausto Reinaga hace una referencia a Bartolina Sisa y cuenta lo siguiente: “Túpac Katari y Bartolina Sisa –que siguieron a la iconoclasta cacica Tomasa Tito Condemayta (…)”. (Reinaga 2014: 67).
 
Nosotros, en esta oportunidad y en esta columna, diremos que en Acos, su pueblo natal, en el amanecer del arco iris, aparece por siempre, la indómita cacica Tomasa Tito Condemayta, quien con gesto altivo y majestad arrogante sigue lanzando proclamas de libertad por encima de las calamidades que azotan al país y pregona que ha de vencer el pueblo y no los opresores que perpetran violaciones al pueblo peruano.

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