sábado, 27 de enero de 2018

Antonia Moreno de Cáceres, heroína de la Guerra del Pacífico

Antonia Moreno Leyva de Cáceres nació en la ciudad de Ica, el 13 de junio de 1848 y falleció en Lima, el 26 de febrero de 1916, cuando contaba con sesenta y ocho años. Hija de don Fulgencio Moreno y doña Antonia Leyva, dirigió junto a su esposo, el general del ejército peruano y luego héroe nacional, Andrés Avelino Cáceres, la resistencia en la sierra central contra la ocupación de Chile durante la Guerra del Pacífico (1879-1883).
 
Antonia Moreno nació en el distrito iqueño de San Juan Bautista en el seno de una familia de holgada estabilidad económica. Cuando cumplió quince años, viajó a Lima y poco después conoció al joven militar Andrés Avelino, quien por su destacada actuación en la guerra contra España había ascendido a teniente coronel. Luego de un cálido romance, deciden casarse en 1867, estableciéndose en Ayacucho. A cuatro años de su matrimonio, Antonia heredó una casa en el centro de Lima a la que se trasladó con toda su familia. En Lima nacieron sus hijas Zoila Aurora, que luego se convirtiera en sufragista, Lucila Hortencia y Rosa Amelia.
 
 
 

 
La mujer y la invasión chilena
 
El 5 de abril de 1879, Chile declaró la guerra al Perú y Andrés Avelino Cáceres marchó a la frontera sur para defender a la patria. El ejército no pudo evitar que los chilenos invadieran Tarapacá, Arica, Tacna y Moquegua. Y en enero de 1881 los invasores tomaron Lima.
 
El historiador Rodolfo Castro Lizarbe, estudioso de la Guerra del Pacífico, ha calificado que Antonia fue una mujer  enteramente consecuente. La ha llamado “mujer de hierro”, llena de calidades y de resistencia total. Lo demostró en los peores momentos de la historia peruana. “En la desgracia de la Guerra con Chile, cuando  la  patria pasaba por los peores embates de la invasión  chilena de excesos inauditos, desproporcionados y de violación entera de los derechos de los peruanos, allí, en ningún momento vacilando, estuvo una mujer singular, mostrando a como dé lugar: coraje, decisión y abnegación. Cualidades decisivas y admirables que la convirtieron, sin ninguna discusión, en la heroína de la Guerra del Pacífico”.
 
El rol de la mujer en la Guerra del Pacifico es un tema que no es considerado en la historiografía, solo tiene lugar para los soldados, sin embargo, las mujeres tuvieron un lugar preponderante por su activa participación, que puede ser resumida en dos grandes grupos, las mujeres que acudían a los hechos bélicos y las que se quedaban en el ambiente familiar, pero, participando en forma activa en las acciones de guerra.
 
Perú vivía años de gran patriotismo y ese fervor de defensa de la patria se fue acrecentando, destacando la resistencia en la Campaña de la Breña liderada por Andrés Avelino Cáceres, llamado el “Brujo de los Andes”, al insistir en la resistencia en las alturas de los Andes y desarrollar duras jornadas de guerra, muy a pesar que militares y gente de Lima, pávidos con la ocupación chilena y las atrocidades que estas tropas perpetraron en Lima, creyeron imposible continuar con la guerra. Cáceres decidió dirigirse a la sierra central para organizar la resistencia contra el invasor.
 
Andrés y Antonia fueron el binomio de lucha por la dignidad de la patria afrentados a Chile. En una oportunidad, cuenta el citado historiador, que Antonia Moreno conversó – mientras el esposo estaba en la serranía luchando contra los chilenos – con el emisario del jefe de la invasión, Patricio Lynch, en la casa del Cónsul de España, Alberto Stuven. Sin titubeos, rechazó enérgicamente las amenazas chilenas y retó a los nefastos invasores que la fusilen conjuntamente con sus hijas, demostrando el temple y coraje de la heroína de la Guerra del Pacífico.
 
La mujer peruana participó en las acciones por la Independencia que marcó precedentes en la historia de la participación de la mujer en la sociedad. Por ello, en la Guerra con Chile de 1879, tuvieron gran presencia activa llevada a cabo por las mujeres tanto de la elite como las del pueblo. Pero, además, la guerra no era un conflicto solo bélico, tenía un elemento importante que era la defensa de la patria. En tal sentido, la guerra se transformó en un asunto de la vida nacional, en un asunto de la vida cotidiana de las mujeres en el ámbito privado como en el público.
 
Dos vidas consagradas a la defensa de la patria 
En ese contexto de guerra, de oprobio y degradación a la patria, Antonia Moreno es la patriota rebelde de la guerra, la mujer que tuvo mayor participación a lo largo del nefasto conflicto. No se quedó en casa – muchas veces- con sus tres hijas participó en el propio lugar de la guerra y en acciones militares en parajes inhóspitos de la sierra. Cruzó una y otra vez la Cordillera. Incluso, en estas marchas perdió a su único hijo varón. Con sus hijas siguieron su camino y acompañaron al “Brujo de los Andes” en las largas jornadas de la Campaña de la Breña. La llamaban “Mamacha Antonia”, admirando su entrega total a la causa de la defensa nacional.
Antonia y sus hijas desafiaron al enemigo en múltiples ocasiones. Nunca cayeron en las manos de los chilenos abusivos.
 
Ha trascendido su heroica proclama lanzada en el fragor de la guerra: “Mi dignidad de peruana se sentía humillada bajo la dominación del enemigo, y decidí arriesgar mi vida, si fuera preciso, para ayudar a Cáceres a sacudir  el oprobio que imponía el adversario”.
 
Olga Guzmán en “Antonia Moreno de Cáceres, digna patriota heroica”, refiere que fue Antonia quien lideró los batallones de resistencia, de esta forma se convirtió en una heroína del Perú, actualmente se le conoce como Mamacha Antonia, también para los indígenas junto con su esposo, considerado el descendiente del Inca ya que lo llamaban el Taita. El simbolismo por parte de los antepasados es muy grande en el Perú, debido a ello, Antonia Moreno expresó que “La Pacha mama al verlas holladas y vejadas…. Sin más armas que sus clásicos rejones y sus primitivas hondas… se ofrecían en el holocausto por la patria y por el Taita que era el alma de la resistencia nacional” (2001 pp3)
 
Andrés Avelino y Antonia, binomio de vidas singulares
 
Antonia Moreno tomó parte activa y dirigente en la Guerra del Pacífico. Al terminar la guerra volvió a las labores del hogar, mientras su esposo asumió el gobierno del Perú. Lo acompañó al exilio y en misiones diplomáticas en Europa. Finalmente se estableció en Lima, donde falleció el 26 de febrero de 1916. Es la única mujer cuyos restos reposan junto a su esposo, en la Cripta de los Héroes del Cementerio Presbítero Maestro. Tuvo que darse una Ley especial del Congreso para que esto sucediera.
 
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Articulo publicado en diario UNO, 15 de octubre del 2017

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