domingo, 15 de noviembre de 2015

Manuelita Saénz vive en estos dias



 

Las jóvenes irrumpen en la escena política




60 años derecho de elegir y ser elegida


El lunes 7 de setiembre se cumplieron 60 años del derecho que tienen las mujeres a elegir y ser elegidas. Este logro alcanzado en 1955 fue corolario de las luchas emprendidas por muchas mujeres desde fines del siglo XIX quienes abogaron por el derecho al voto político y a la igualdad jurídica. El tema exigido por la mujer trajo consigo grandes debates y discusiones de la clase política de la época siempre fue reacia al voto femenino.

CONQUISTA DE LAS SUFRAGISTAS
En el Perú, el proceso fue lento, pero, ciertamente no comenzó en el año 1955. Hasta que finalmente, la noche del 7 de setiembre, el gobierno de Manuel Odría, promulgó la Ley 12391 concediendo a las mujeres mayores de 21 años, alfabetas, casadas mayores de 18 años el derecho al voto.
La conquista no fue una dádiva del régimen odirísta, fue producto del largo camino recorrido por las sufragistas. Entre las más importantes, María Jesús Alvarado (1878-1971), que planteó la necesidad de otorgar la igualdad de derechos civiles y políticos a la mujer peruana. Mas tarde, Zoila Aurora Cáceres (1877-1958), dio impulso a la lucha por el voto a la mujer, a través de la organización “El feminismo peruano” desde donde conduce la lucha por el derecho de la mujer al voto político y a la igualdad jurídica.

Es conocido que en esos mismos años, las sufragistas del mundo, tomaban las calles y las recorrían en desfiles pidiendo el voto para la mujer, con severas ropas oscuras y bandas cruzadas sobre el pecho, rompían vitrinas a pedradas o se encadenaban a una reja para llamar la atención, hasta que eran detenidas y, en ocasiones, encarceladas. La más famosa fue Emmeline Pankhurst una de las fundadoras del movimiento sufragista británico. El caso de Pankhurst es simbólico, su lucha por el voto a la mujer la llevó a ser golpeada, arrestada y encarcelada en varias ocasiones realizando huelgas de hambre en señal de protesta durante los periodos que pasó en prisión.
En el Perú, las sufragistas persistieron hasta que su reclamo llegó al Congreso.

DEBATE CONGRESAL
El primer debate  parlamentario sobre el sufragio femenino se llevó a cabo en el Congreso que elaboró la Constitución de 1933. Eran años en que el país atravesaba por un proceso de transición, luego de que Leguía fuese destituido. Así, en un contexto de cambios en la sociedad y en la política se logra un crecimiento de la clase media y la aparición de nuevos partidos políticos como el APRA y el Partido Comunista.

La discusión se dividió en tres posiciones. El Partido Descentralista era contrario al voto de la mujer, sostenía que la participación de la mujer en la política provocaría anarquía en el hogar; el Partido Aprista Peruano (APRA), no defendió el sufragio irrestricto para las mujeres, colocó limitaciones para circunscribirlo tan solo a la “mujeres que trabajaban” y la Unión Revolucionaria que estuvo a favor del voto irrestricto a la mujer.

LA CONSTITUCIÓN DE 1933
La Constitución de 1933 otorgó el voto municipal a las mujeres mayores de edad, casadas y alfabetos. El artículo 86º estableció: “Gozan del derecho de sufragio los ciudadanos que sepan leer y escribir y, en elecciones municipales, las mujeres peruanas mayores de edad (21 años, en ese entonces), las casadas o las que lo hayan estado, y las madres de familia, aunque no hayan llegado a su mayoría (de edad)”. Con ello la norma reconoció el voto femenino para los comicios municipales, no así para las generales o presidenciales y congresales. Por ello, este derecho fue una ley muerta, no pudo hacerse efectivo, la elección de autoridades municipales recién se establecieron en 1963 en el pais.

La polémica en torno a la participación política siguió y fue enarbolado por la insigne escritora, Magda Portal, que en su libro ¿Quiénes traicionaron al pueblo? (1950) narraría las tensiones internas que afloraron dentro del partido aprista por el viraje derechista de su dirigencia nacional.
Una de las razones fue la orden que dio el líder máximo de ese momento, Haya de la Torre, al excluir a las mujeres del comando femenino de las reuniones del Comité Ejecutivo Nacional. Esta posición marcó la ruptura de la escritora con el llamado “Partido del Pueblo”.
El voto llegó tarde en el Perú. Nuestro país fue el penúltimo de América Latina (antes de Paraguay) en insertar el sufragio a la mujer como podemos verlo: 1924, Ecuador; 1932, Brasil y Uruguay; 1934 Cuba; 1939, Salvador; 1942, República Dominicana; 1945, Guatemala y Venezuela; 1945, Panamá; 1947, Argentina; 1949 Costa Rica y Chile; 1952, Méjico, 1954, Colombia; 1955, Perú; 1961, Paraguay.

LA PRIMERA VEZ
Desde muy temprano, el 17 de junio de 1956 las mujeres acudieron a las urnas a elegir a sus candidatos. Era la primera vez en la historia del Perú que la mujer participaba en la vida política del país y la primera vez que participaba en el proceso electoral como electoras y miembros de mesa.
Era la primera vez, en que las candidatas que postulaban al congreso debían reunir ciertas condiciones: ser honradas, amar a la patria y tener conocimiento de los problemas que afectan al país. La primera mujer en inscribirse en Lima fue María Esperanza Mercedes Solórzano.
El sufragio electoral concluyó con la elección de Manuel Prado como Presidente de la República y nueve mujeres, una senadora, y ocho diputadas lo que demostró un avance en la legislación electoral para la mujer.

A partir de ese momento el número de representantes mujeres se ha ido incrementando, permitiendo una mayor democratización en la representación parlamentaria.
Próximas a las elecciones presidenciales del 2016, se espera que el proyecto de ley sobre la alternancia de género se haga realidad y que la plancha presidencial ganadora tenga entre sus miembros a una mujer que sea honesta y progresista, teniendo en cuenta que en varios países latinoamericanos cuentan con jefas de estado quienes conducen el destino de sus respectivos países.

Articulo publicado en diario UNO http://diariouno.pe/columna/60-anos-del-derecho-a-elegir-y-ser-elegidas/

Magda Portal: Mujer, política y, además, poetisa


Magda Portal (1903 – 1989) es una de las mujeres más significativas del siglo XX. No es una leyenda. Fue la única mujer que formó parte la política nacional por muchos años. Fue perseguida y deportada por los gobiernos por su fidelidad al Partido Aprista, lo que le valió pasar muchos años en prisión y sufrir sacrificios, que su partido nunca valoró.
Pero, además de política, fue poetisa y periodista. Su gran amigo, José Carlos Mariátegui, al referirse a su obra en los Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, dice: “Magda es otro valor signo en el proceso de nuestra literatura. Con su advenimiento le ha salido al Perú su primera poetisa (…)”.
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Tuve el honor de conocer y ser su amiga. Junto a ella y a otras mujeres como Betty Gamarra y Reneé Castro Pozo, organizamos la Primera Convención de Mujeres en la ANEA (1983), que convocó a militantes de los partidos políticos, obreras, estudiantes, feministas, fue su última acción a favor de la mujer.

PRIMERA VOZ FEMENINA
Desde muy joven se inclinó por la poesía y publicaba en revistas de vanguardia de la época. Daniel Matius, investigador de su obra poética, refiere que entre 1924 y 1927, tuvo su más grande producción literaria. En 1924, gana los Juegos Florales de San Marcos, con su libro “Una Esperanza y el Mar”.

El gobierno de Leguía inventó una conspiración comunista y un grupo de intelectuales ligados a la revista Amauta fueron deportados. En protesta, Magda no acude a recibir el premio de poesía y el dictador ordena su destierro a México.

FUNDADORA DEL PARTIDO APRISTA
En Méjico frecuentó a exiliados y con Haya de la Torre fundaron el primer núcleo aprista. Así, comenzó una nueva etapa de su vida: cambia la poesía por la revolución social. La historia refiere que el líder aprista influyó en ella para que dejara la poseía y se dedicara a la política.
Luego, se dedicó a organizar a las mujeres, iniciando una campaña por los derechos civiles y jurídicos de la mujer. Contagió su espíritu a miles de mujeres que abrazaron la doctrina del cambio social y el voto femenino. Fue apresada en 1934, recluida con su bebe en una prisión común, ocasionando la protesta de intelectuales de América Latina.

RENUNCIA AL APRA
Magda Portal, la primera mujer aprista, renunció al APRA, frente a la traición de los postulados originales. En el Segundo Congreso Aprista de 1948, afloraron tensiones.
El jefe del APRA, Víctor Raúl Haya de la Torre, se opone a que las mujeres integraran el Comité Ejecutivo Nacional y muchos militantes renunciaron, entre ellos el novelista Ciro Alegría, porque las mujeres eran tratadas como seres inferiores a los hombres, lo cual trajo consigo que Magda Portal, levantara su voz de protesta y renunciara al partido.
Magda Portal en su libro ¿Quiénes traicionaron al pueblo? (1950), contó lo ocurrido: “Haya de la Torre dijo que había llegado a la conclusión que las mujeres, dado que en el Perú no votan, no pueden ser consideradas como auténticos miembros del Partido Aprista. Las mujeres solo pueden ser simpatizantes. Fue entonces que levanté la voz y pedí la palabra. No hay nada en debate dijo Haya de la Torre. Entonces, respondí: ¡Esto es fascismo! Solo dos o tres compañeras me apoyaron. Me retiré y nunca volví. De una vez por todas, me retiré del partido”.
Su crítica al partido en su novela La trampa, le significó una devastadora campaña de desprestigio personal impulsada por el partido, lo cual trajo consigo el silenciamiento de su obra para las generaciones jóvenes.

¿CÓMO ERA?
Allá por los años ochenta, en que las mujeres con fuerza comenzamos a escribir, fundar revistas, librerías y cafeterías feministas. Magda, estuvo siempre a nuestro lado.
La evoco en la Convención Nacional de Mujeres (1983) que organizamos en la ANEA y que tuvimos el honor que lo inaugurara. La recuerdo, en las pláticas del centro de Lima y en su casa de calle Colina en Miraflores, donde me dijo que su ruptura con el partido que fundara fue para siempre: “Una tarde, tocaron mi puerta, era una delegación de líderes apristas encabezados por Armando Villanueva del Campo, me visitaron para pedirme que volviera a militar en las filas del partido. A lo que me opuse tenazmente. Le respondí: Yo avanzo, nunca retrocedo. Así que tuvieron que irse”.
En su larga enfermedad tres mujeres nos turnábamos para acompañarla, hasta el último día. Hubo soledad e indolencia; ningún dirigente aprista la visitó. Magda falleció un martes 11 de julio de 1989 y sus funerales que fueron cubiertos por el Ministro de Salud, David Tejada, abuelo del actual congresista Sergio Tejada.

Sus restos fueron velados en la Casona de San Marcos, donde poetas, feministas y escritores le rindieron homenaje. Cuando sus restos iban a ser cremados, me tocó despedir a la amiga y compañera que tanto quise, que me enseñó a compartir sueños y anhelos imborrables. Hasta que llegó el momento final. Un grupo de mujeres cargamos su féretro en nuestros hombros a su última morada. A la mañana siguiente, sus restos fueron esparcidos en las aguas de Barranco.

ADEMÁS
La gran Magda Portal, es uno de esos valores olvidados. El Perú no ha hecho justicia. Pero, por siempre, Magda Portal seguirá siendo el significado de una mujer revolucionaria. El Perú esta en deuda con ella, las mujeres también.

Publicado diario UNO http://diariouno.pe/columna/mujer-politica-y-ademas-poetisa/

La más infame de las violencias


El lunes, cuando los jóvenes mostraban su algarabía por la derogatoria de la “Ley Pulpin”,  pues saben que con sus movilizaciones, lograron que se diera marcha atrás al proyecto;  en otro lado de Lima,  en  San Isidro,  una  joven  grababa en un estacionamiento  a un niño cuando era introducido a la fuerza dentro de un carro por un sujeto,  quien -   según testigos -    golpeó al menor contra el asiento delantero reiteradas veces hasta ocasionarle una hemorragia en el rostro.


            El hecho irrumpió las redes sociales, cuando Romy Schroth, la testigo, colgó la grabación con una nota que decía: Por favor!!! Compartir esta nota!!!! Este niño STE necesita nuestra ayuda !!!!.  Seguidamente, la televisión en forma reiterada mostró  las escenas violentas del vil sujeto contra el niño de cinco años, quedando grabadas en nuestra la memoria colectiva.


La violencia contra los niños


            Lo cierto es que este hecho marca el grado de violencia que los adultos comenten contra los niños, sin importarles sus derechos; la misma que no sólo es la practicada por los mayores, sino, además, por la sociedad, mediante la ausencia de políticas que atiendan la situación de agresión que viven los niños y niñas y que debe ser combatida en cumplimiento de la Convención sobre los Derechos del Niño, que este año cumple 25 de su aprobación.


             Es bueno recordar entonces que,  en noviembre del año pasado,  se planteó denominar el año 2015,  Año de la Dignidad de las Niñas y Niños por una Infancia sin Violencia con el fin de disminuir la violencia física y psicológica contra los niños que afecta al 60% de niños menores tal como refiere Save for Children. Las Naciones Unidas ha recomendado a los gobiernos modificar sus legislaciones para prohibir el castigo físico y humillante que sufren los niños.  Hasta el momento, Costa Rica, Uruguay, Brasil, Venezuela y Argentina han aprobado las modificaciones de sus leyes.  Se quiso que el Perú fuera el siguiente  país en aprobar la modificación de sus normas y en esa dirección se estuvo trabajando la Moción de Orden del Día 09103,  que proponía al Poder Ejecutivo,  impulsar  políticas públicas que protejan la integridad de los niños y niñas frente a cualquier situación de violencia.  Sin embargo, se dio la espalda a la terrible problemática que viven los niños,  declarando este año, el “Año de la Diversificación Productiva y del Fortalecimiento de la Educación”.


Situación de la violencia infantil


            En el Perú una de las dificultades para enfrentar el problema de la violencia infantil es la falta de información sobre el tema, no existen estudios a nivel nacional que permitan conocer la real magnitud de la violencia contra los niños y niñas., aunque en octubre, el Ministerio de la Mujer reportó 7,000 casos de violencia contra menores en el Perú. Los estudios existentes  son parciales como el realizado  en 2011 por el Grupo de Análisis para el Desarrollo (GRADE) que concluyó que la violencia contra los niños se da con mayor frecuencia en el hogar, causada por los padres o algún otro miembro de la familia  y que el tipo de violencia física contra los niños más frecuente es la violencia moderada: 27,4 por ciento de los niños que formaron parte de este estudio habían sido castigados por medio de sanciones que implica lastimarlos con algún objeto; el 14,7 por ciento ha sido víctima de violencia leve y un 6,4 por ciento de violencia severa, como quemaduras o laceraciones.


            Asimismo, se encontró que la violencia infantil no solo trae consecuencias a corto plazo; sino también, puede llegar a afectar el desarrollo a largo plazo de los niños. Es más,  puede llevarlos a la muerte.

Lección aprendida: si somos testigos, grabar y denunciar la agresión

            Antes de concluir con estas ideas, es bueno exhortar a la población a no quedarse callada y no normalizar actos de violencia de padres a hijos, pues debemos entender  que la violencia no es algo normal, no se debe permitir castigo físico, ni sicológico alguno contra un niño. Y cuando seamos testigos de estos repudiables hechos, actuar como lo hizo  Romy Schroth, la joven ciudadana que grabó y denunció  el maltrto del  hombre a su hijastro de 5 años… Porque un pais que no cuida a sus niños es un país que no merece existir.

Lima, 29 de enero del 2015

19:40 p.m.

La mujer en los años 70’ del siglo XIX


Este artículo forma  parte del estudio realizado en la Biblioteca Nacional, durante los años de 1979 y 1980. Su importancia reside en que por esos años surgió con fuerza el movimiento feminista el cual volcó a algunas mujeres a revisar con nuevos ojos el desarrollo histórico peruano, buscando la presencia de la mujer, toda vez que, al acercarse  a la historia escrita, esta como grupo social con características especificas, se perdía en el anonimato.

        

         Las investigaciones se publicaron en varios números de la revista “Mujer y Sociedad”,  de la cual fui una entusiasta gestora. Más tarde surgieron otras mujeres que continuaron estudiando la acción que le cupo a la mujer en una sociedad que manifestó por ella, su olvido y menosprecio.  A continuación “Las tertulias de la Gorriti” del estudio “La mujer del siglo XIX en el Perú: De la penumbra del hogar a las primeras reivindicaciones feministas”,  publicado en “Mujer y Sociedad” Nº I, Nº 2, 15 diciembre 1980. 

 

La mujer en los años 70’ del siglo XIX

 

            La década del 70 del siglo XIX, cuenta para las mujeres un párrafo, histórico digno de destacar, recordarlo y reivindicarlo. Es el momento en que mujeres de la clase alta y media deciden organizarse en Círculos Literarios, editan los periódicos y desde allí, por primera vez, comienzan a plantear sus derechos.

 

            ¿Qué ocurrió y cómo se gesta esta corriente en un país donde las elites ilustradas entendían que la capacidad de pensar y su ejercicio social no se aplicaban por igual en el hombre y la mujer?

 

Las tertulias de la Gorriti

           

            Las “tertulias literarias” se iniciaron en 1874 bajo la dirección de la escritora argentina, Juana Manuela Gorriti.  “La Gorriti” como se solía llamar a Juana Manuela Gorriti, abrió un salón literario,  en su casa de la calle Urrutia. Allí se efectuaban tertulias nocturnas singulares porque se incorporaron los literatos –hombres y mujeres- con ceremonias con padrinos y oficiantes, y por actos solemnes "coronaciones". Entre las mujeres, Manuela Villarán de Plascencia, Mercedes Cabello de Carbonera, Rosa Mendiburu de Palacios, Clorinda Matto de Turner y Amalia Puga, y entre los varones, Ricardo Palma, Ricardo Rossel,  Nuna Pompillo, Asislao Villarán y Abelardo Gamarra. (Basadre 1961: Tomo V, p. 2115)

 

            En las “tertulias” ante una concurrida asistencia, las literatas leían sus trabajos, se conversaba sobre ellos y se emitían juicios, llegándose a "coronar" a la novelista Clorinda Matto de Turner, en una ceremonia que congregó nutrida concurrencia.

 

Las mujeres escriben en periódicos

 

            En 1874, Juana Manuela Gorriti con otras escritoras editan los periódicos "El Álbum" y "La Alborada". En ellos, como se lee en “La Alborada” (1874. Nº 1 p. 2) el propósito fue: "Realizar cumplidamente, el fomento de la literatura en el país, con la intervención de la mujer".

 

            Juana Manuela Gorriti y Carolina Freire de Jaimes tuvieron la dirección de "El Álbum", contaron con la colaboración de Juana Rosa Amézaga, Mercedes Cabello de Carbonera, Rosa Mercedes Riglos de Orbegozo, Manuela Villarán de Plascencia, Manuela Márquez y Leonor  Sauri. Algunas de éstas estuvieron en la redacción de "La Alborada"

 

            ¿Qué sostiene en ambos periódicos?

 

            En la lectura de las páginas de ambos periódicos encontramos reivindicaciones que las mujeres, proponen:  

 

1.    Igualdad educativa entre los sexos, formulan la reforma educativa. El tema fue debatido en ambos periódicos. Mercedes Cabello de Carbonera en artículo Ilustrad a la mujer  en El Álbum, (12.10.1874), sostiene:  "La instrucción limitadísima que hoy se nos da, no hace más que abrir un abismo inmenso que lleva al hogar doméstico el germen de amargos sinsabores, de eternas contradicciones y de males infinitos. (El Álbum. 1874. pp. 122-124).

 

2.    Critican el concepto de superioridad masculina e inferioridad femenina. En El Álbum, hallamos el artículo Talento de la Mujer de Juana Rosa Amézaga, dice "Hay personas que juegan el talento exclusivo del hombre, concediendo a la mujer sólo la limitada capacidad indispensable para ocuparse de los asuntos domésticos y de las labores propias de su sexo; creyendo al mismo tiempo que no necesita de una inteligencia superior para llenar cumplidamente su misión en el mundo". (Obra citada. Nº 8,  p. 58)

 

3.    Se oponen al concepto mujer objeto. En Influencia de la Mujer en la civilización dicen "¡Triste destino el que depara a la mujer nuestra sociedad convertida en un instrumento, en un objeto indispensable para la diversión y la alegría de los demás”. (Obra citada. p. 105).

 

4.    Se solidarizan  con  el movimiento feminista mundial. Sostienen que en los principales centros de la civilización la mujer trabaja con empeñó para obtener sus derechos políticos. En Londres, Nueva Cork, Zurich, han habido reuniones públicas y se han establecido periódicos redactados por señoras con este objeto (…). Creemos que esto es justo y lo dicta un sentimiento de igualdad y fraternidad que  dice que la mujer debe de participar de todos los derechos de la otra mitad.  

 

Lima, 5 de diciembre de 2014.

1.15 a.m.

 

 

¿Y la Ley de Alternancia de Genero?


La derecha peruana (PPC, FP y APRA) ha rechazado el proyecto de Ley Alternancia de Genero que busca  intercalar a hombres y mujeres en las listas electorales en los procesos de elecciones.

            En tanto,  en países latinoamericanos  como Ecuador y Bolivia han aprobado la paridad y la alternancia con reformas constitucionales para  elecciones generales, en listas de candidatos, comités ejecutivos de partidos políticos y organismos electorales. Asi van las cosas en la América Nuestra. En abril pasado, los congresistas, Javier Bedoya, Luz Salgado y Velasquez Quesquén, en la Comisión de Constitución,  rechazaron la norma sabiendo que las mujeres constituyen más del 50% de la población general, electoral y aproximadamente la mitad de la militancia de los partidos políticos. Una vez más  la derecha cavernaria  demuestra  ser  enemiga del pueblo y de las mujeres.

            Estos hechos y otros hacen pensar que la política sigue siendo un espacio solo de hombres  porque  cuando  una mujer se atreve  ocupar altos cargos de inmediato es blanco de ataques y hostigamientos, inclusive, afectadas sus vidas tanto personal como familiar.

El peso de la estructura machista

            La estructura masculina unida al sistema capitalista margina abiertamente a la mujer de la política. Esto lo hizo siempre. Desde inicios del siglo XX, la lucha de las mujeres por sus derechos al trato igualitario y acceso a la ciudadanía plena les valió ser desoídas, excluidas, discriminadas, o fueron a parar a la cárcel, al manicomio o al destierro. Recordemos, el comportamiento de los partidos políticos en el debate de la Constitución del 1933,  cuando las mujeres  estuvieron a punto de conquistar el voto, la derecha representada en los partidos, vetaron sus anhelos. Al poco tiempo, hizo todo lo que estuvo a su alcance para dividir el movimiento de mujeres. Después,  la lucha continuó solo en el discurso de algunas  notables mujeres. Con el pasar de los años, se alcanzó el voto, pero,  pronto las mujeres se dieron cuenta que no solo bastaba sufragar,  sino,  debían ser electas a fin de pensar en un cambio en el ejercicio y formas de hacer política.

La Ley de Cuotas

            En los años 90 se dio inicio a la implementación de las cuotas de género. En 1991, Argentina se convirtió  en el primer país latinoamericano en aplicar las cuotas y la llamó Ley de Cupos. Tal fue el incremento de la participación política de las mujeres argentinas que sus voces recorrieron toda América Latina.

            En ese momento, la escasa participación de las mujeres en los puestos de decisión hacía imperiosa la Ley de Cuotas.  Su discusión atravesó  foros y normas internacionales. Al poco tiempo, Costa Rica, México, Paraguay, Bolivia, Brasil, Ecuador y Republica Dominicana suscribieron dicha ley consignando 20% a 40%. Esta conquista quedó escrita no solo en los partidos políticos, también en sus leyes, constituciones e instituciones electorales que establecen la participación de la mujer en los niveles decisorios de las diferentes ramas y órganos del poder.

Nuevos gobiernos se hicieron feministas

            A fines de la década de los noventa, los nuevos gobiernos progresistas de la región, públicamente dijeron que eran feministas por convicción, algunos acompañaron a las mujeres en sus justas aspiraciones, sostuvieron  que no podían gobernar sin la participación de las mujeres. Para ese momento, las cuotas de género garantizaban la integración  de las mujeres a cargos de decisión en  los partidos políticos y el Estado.

            La Ley de Cuotas por su carácter compulsivo obliga incorporar a  mujeres en listas de candidaturas o en listas de resultados electorales. Pero,  se comporta como  medida   transitoria  y su vigencia está sujeta a la superación de los obstáculos que impiden una adecuada representación de mujeres en los espacios de poder y representación política.

           

El Perú y la Ley de Cuotas

            Las mujeres peruanas asimilaron todo lo que venía ocurriendo en la región. Tomaron conciencia que no solo bastaba tocar la puerta. Se dieron cuenta que necesitaban garantizar su ingreso a los órganos de poder, entonces deciden hacer suyas las cuotas de participación política.

            En 1997, durante el régimen del fujimorato, el Perú adoptó la Ley de Cuotas. Muchas mujeres fueron convencidas por el discurso del presidente autócrata  y por su práctica pro activa a favor de los temas que les interesaba.

            En el año 2000, la Ley de Cuotas se  introdujo en la legislación peruana que otorgaba garantías para promover la participación política de las mujeres en los espacios de decisión política, siendo la cuota del 30% para las listas que se presentaran en las elecciones presidenciales, regionales y locales.  

            Con la Ley  la participación de la mujer se incrementó.  En 1980, cuando no se usaba las cuotas, la Cámara de Diputados tenía 7.2% de mujeres y la de Senadores, un 3.3%. El primer proceso electoral que aplicó la cuota fue el de las Elecciones Generales del año 2000. El resultado fue claro,  logró duplicar la presencia de las mujeres en el Congreso de la República, pasando del 11% a casi el 22% de representación. En el periodo legislativo  2001-2006 se logró una cumbre de 35  mujeres congresistas (29%) y en el último período parlamentario, la cantidad de mujeres parlamentarias electas descendió a 28, situándonos en un porcentaje de 22% de mujeres en un Congreso de 130 parlamentarios.

 

Muchas veces la ley no se cumple

            Se observa que en épocas electorales los partidos políticos no cumplen con la Ley de Cuota de Género, llevando a colocar el mínimo necesario de mujeres en las listas con la finalidad de cumplir el requisito y así evitar las tachas.

            El Observatorio de las Mujeres ha revelado que en los últimos tres procesos electorales hubo un incumplimiento del 12% de las listas en las cuotas de género (participación del 30% de mujeres en las listas). Es decir, en las listas en las elecciones del 2002, 2006 y 2010 hubo distritos donde no hubo ninguna mujer. Los distritos que más incumplieron la aplicación de cuotas en los tres procesos fueron: San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo y Villa El Salvador. (La Primera, 19.4.14).

            La participación de la mujer en política significa dar batalla, como dice aquella expresión que coreamos en las calles “sin luchas, no hay victorias”.          

Lima, 24 de setiembre de 2015.

18:22 p.m.

martes, 27 de octubre de 2015

¿Y la Ley de Alternancia de Genero?



            La derecha peruana (PPC, FP y APRA) ha rechazado el proyecto de Ley Alternancia de Genero que busca  intercalar a hombres y mujeres en las listas electorales en los procesos de elecciones.

            En tanto,  en países latinoamericanos  como Ecuador y Bolivia han aprobado la paridad y la alternancia con reformas constitucionales para  elecciones generales, en listas de candidatos, comités ejecutivos de partidos políticos y organismos electorales. Asi van las cosas en la América Nuestra. En abril pasado, los congresistas, Javier Bedoya, Luz Salgado y Velasquez Quesquén, en la Comisión de Constitución,  rechazaron la norma sabiendo que las mujeres constituyen más del 50% de la población general, electoral y aproximadamente la mitad de la militancia de los partidos políticos. Una vez más  la derecha cavernaria  demuestra  ser  enemiga del pueblo y de las mujeres.

            Estos hechos y otros hacen pensar que la política sigue siendo un espacio solo de hombres  porque  cuando  una mujer se atreve  ocupar altos cargos de inmediato es blanco de ataques y hostigamientos, inclusive, afectadas sus vidas tanto personal como familiar.

El peso de la estructura machista

            La estructura masculina unida al sistema capitalista margina abiertamente a la mujer de la política. Esto lo hizo siempre. Desde inicios del siglo XX, la lucha de las mujeres por sus derechos al trato igualitario y acceso a la ciudadanía plena les valió ser desoídas, excluidas, discriminadas, o fueron a parar a la cárcel, al manicomio o al destierro. Recordemos, el comportamiento de los partidos políticos en el debate de la Constitución del 1933,  cuando las mujeres  estuvieron a punto de conquistar el voto, la derecha representada en los partidos, vetaron sus anhelos. Al poco tiempo, hizo todo lo que estuvo a su alcance para dividir el movimiento de mujeres. Después,  la lucha continuó solo en el discurso de algunas  notables mujeres. Con el pasar de los años, se alcanzó el voto, pero,  pronto las mujeres se dieron cuenta que no solo bastaba sufragar,  sino,  debían ser electas a fin de pensar en un cambio en el ejercicio y formas de hacer política.

La Ley de Cuotas

            En los años 90 se dio inicio a la implementación de las cuotas de género. En 1991, Argentina se convirtió  en el primer país latinoamericano en aplicar las cuotas y la llamó Ley de Cupos. Tal fue el incremento de la participación política de las mujeres argentinas que sus voces recorrieron toda América Latina.

            En ese momento, la escasa participación de las mujeres en los puestos de decisión hacía imperiosa la Ley de Cuotas.  Su discusión atravesó  foros y normas internacionales. Al poco tiempo, Costa Rica, México, Paraguay, Bolivia, Brasil, Ecuador y Republica Dominicana suscribieron dicha ley consignando 20% a 40%. Esta conquista quedó escrita no solo en los partidos políticos, también en sus leyes, constituciones e instituciones electorales que establecen la participación de la mujer en los niveles decisorios de las diferentes ramas y órganos del poder.

Nuevos gobiernos se hicieron feministas

            A fines de la década de los noventa, los nuevos gobiernos progresistas de la región, públicamente dijeron que eran feministas por convicción, algunos acompañaron a las mujeres en sus justas aspiraciones, sostuvieron  que no podían gobernar sin la participación de las mujeres. Para ese momento, las cuotas de género garantizaban la integración  de las mujeres a cargos de decisión en  los partidos políticos y el Estado.

            La Ley de Cuotas por su carácter compulsivo obliga incorporar a  mujeres en listas de candidaturas o en listas de resultados electorales. Pero,  se comporta como  medida   transitoria  y su vigencia está sujeta a la superación de los obstáculos que impiden una adecuada representación de mujeres en los espacios de poder y representación política.

           

El Perú y la Ley de Cuotas

            Las mujeres peruanas asimilaron todo lo que venía ocurriendo en la región. Tomaron conciencia que no solo bastaba tocar la puerta. Se dieron cuenta que necesitaban garantizar su ingreso a los órganos de poder, entonces deciden hacer suyas las cuotas de participación política.

            En 1997, durante el régimen del fujimorato, el Perú adoptó la Ley de Cuotas. Muchas mujeres fueron convencidas por el discurso del presidente autócrata  y por su práctica pro activa a favor de los temas que les interesaba.

            En el año 2000, la Ley de Cuotas se  introdujo en la legislación peruana que otorgaba garantías para promover la participación política de las mujeres en los espacios de decisión política, siendo la cuota del 30% para las listas que se presentaran en las elecciones presidenciales, regionales y locales.  

            Con la Ley  la participación de la mujer se incrementó.  En 1980, cuando no se usaba las cuotas, la Cámara de Diputados tenía 7.2% de mujeres y la de Senadores, un 3.3%. El primer proceso electoral que aplicó la cuota fue el de las Elecciones Generales del año 2000. El resultado fue claro,  logró duplicar la presencia de las mujeres en el Congreso de la República, pasando del 11% a casi el 22% de representación. En el periodo legislativo  2001-2006 se logró una cumbre de 35  mujeres congresistas (29%) y en el último período parlamentario, la cantidad de mujeres parlamentarias electas descendió a 28, situándonos en un porcentaje de 22% de mujeres en un Congreso de 130 parlamentarios.

 

Muchas veces la ley no se cumple

            Se observa que en épocas electorales los partidos políticos no cumplen con la Ley de Cuota de Género, llevando a colocar el mínimo necesario de mujeres en las listas con la finalidad de cumplir el requisito y así evitar las tachas.

            El Observatorio de las Mujeres ha revelado que en los últimos tres procesos electorales hubo un incumplimiento del 12% de las listas en las cuotas de género (participación del 30% de mujeres en las listas). Es decir, en las listas en las elecciones del 2002, 2006 y 2010 hubo distritos donde no hubo ninguna mujer. Los distritos que más incumplieron la aplicación de cuotas en los tres procesos fueron: San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo y Villa El Salvador. (La Primera, 19.4.14).

            La participación de la mujer en política significa dar batalla, como dice aquella expresión que coreamos en las calles “sin luchas, no hay victorias”.          

Lima, 24 de setiembre de 2015.

18:22 p.m.