martes, 27 de octubre de 2015

¿Y la Ley de Alternancia de Genero?



            La derecha peruana (PPC, FP y APRA) ha rechazado el proyecto de Ley Alternancia de Genero que busca  intercalar a hombres y mujeres en las listas electorales en los procesos de elecciones.

            En tanto,  en países latinoamericanos  como Ecuador y Bolivia han aprobado la paridad y la alternancia con reformas constitucionales para  elecciones generales, en listas de candidatos, comités ejecutivos de partidos políticos y organismos electorales. Asi van las cosas en la América Nuestra. En abril pasado, los congresistas, Javier Bedoya, Luz Salgado y Velasquez Quesquén, en la Comisión de Constitución,  rechazaron la norma sabiendo que las mujeres constituyen más del 50% de la población general, electoral y aproximadamente la mitad de la militancia de los partidos políticos. Una vez más  la derecha cavernaria  demuestra  ser  enemiga del pueblo y de las mujeres.

            Estos hechos y otros hacen pensar que la política sigue siendo un espacio solo de hombres  porque  cuando  una mujer se atreve  ocupar altos cargos de inmediato es blanco de ataques y hostigamientos, inclusive, afectadas sus vidas tanto personal como familiar.

El peso de la estructura machista

            La estructura masculina unida al sistema capitalista margina abiertamente a la mujer de la política. Esto lo hizo siempre. Desde inicios del siglo XX, la lucha de las mujeres por sus derechos al trato igualitario y acceso a la ciudadanía plena les valió ser desoídas, excluidas, discriminadas, o fueron a parar a la cárcel, al manicomio o al destierro. Recordemos, el comportamiento de los partidos políticos en el debate de la Constitución del 1933,  cuando las mujeres  estuvieron a punto de conquistar el voto, la derecha representada en los partidos, vetaron sus anhelos. Al poco tiempo, hizo todo lo que estuvo a su alcance para dividir el movimiento de mujeres. Después,  la lucha continuó solo en el discurso de algunas  notables mujeres. Con el pasar de los años, se alcanzó el voto, pero,  pronto las mujeres se dieron cuenta que no solo bastaba sufragar,  sino,  debían ser electas a fin de pensar en un cambio en el ejercicio y formas de hacer política.

La Ley de Cuotas

            En los años 90 se dio inicio a la implementación de las cuotas de género. En 1991, Argentina se convirtió  en el primer país latinoamericano en aplicar las cuotas y la llamó Ley de Cupos. Tal fue el incremento de la participación política de las mujeres argentinas que sus voces recorrieron toda América Latina.

            En ese momento, la escasa participación de las mujeres en los puestos de decisión hacía imperiosa la Ley de Cuotas.  Su discusión atravesó  foros y normas internacionales. Al poco tiempo, Costa Rica, México, Paraguay, Bolivia, Brasil, Ecuador y Republica Dominicana suscribieron dicha ley consignando 20% a 40%. Esta conquista quedó escrita no solo en los partidos políticos, también en sus leyes, constituciones e instituciones electorales que establecen la participación de la mujer en los niveles decisorios de las diferentes ramas y órganos del poder.

Nuevos gobiernos se hicieron feministas

            A fines de la década de los noventa, los nuevos gobiernos progresistas de la región, públicamente dijeron que eran feministas por convicción, algunos acompañaron a las mujeres en sus justas aspiraciones, sostuvieron  que no podían gobernar sin la participación de las mujeres. Para ese momento, las cuotas de género garantizaban la integración  de las mujeres a cargos de decisión en  los partidos políticos y el Estado.

            La Ley de Cuotas por su carácter compulsivo obliga incorporar a  mujeres en listas de candidaturas o en listas de resultados electorales. Pero,  se comporta como  medida   transitoria  y su vigencia está sujeta a la superación de los obstáculos que impiden una adecuada representación de mujeres en los espacios de poder y representación política.

           

El Perú y la Ley de Cuotas

            Las mujeres peruanas asimilaron todo lo que venía ocurriendo en la región. Tomaron conciencia que no solo bastaba tocar la puerta. Se dieron cuenta que necesitaban garantizar su ingreso a los órganos de poder, entonces deciden hacer suyas las cuotas de participación política.

            En 1997, durante el régimen del fujimorato, el Perú adoptó la Ley de Cuotas. Muchas mujeres fueron convencidas por el discurso del presidente autócrata  y por su práctica pro activa a favor de los temas que les interesaba.

            En el año 2000, la Ley de Cuotas se  introdujo en la legislación peruana que otorgaba garantías para promover la participación política de las mujeres en los espacios de decisión política, siendo la cuota del 30% para las listas que se presentaran en las elecciones presidenciales, regionales y locales.  

            Con la Ley  la participación de la mujer se incrementó.  En 1980, cuando no se usaba las cuotas, la Cámara de Diputados tenía 7.2% de mujeres y la de Senadores, un 3.3%. El primer proceso electoral que aplicó la cuota fue el de las Elecciones Generales del año 2000. El resultado fue claro,  logró duplicar la presencia de las mujeres en el Congreso de la República, pasando del 11% a casi el 22% de representación. En el periodo legislativo  2001-2006 se logró una cumbre de 35  mujeres congresistas (29%) y en el último período parlamentario, la cantidad de mujeres parlamentarias electas descendió a 28, situándonos en un porcentaje de 22% de mujeres en un Congreso de 130 parlamentarios.

 

Muchas veces la ley no se cumple

            Se observa que en épocas electorales los partidos políticos no cumplen con la Ley de Cuota de Género, llevando a colocar el mínimo necesario de mujeres en las listas con la finalidad de cumplir el requisito y así evitar las tachas.

            El Observatorio de las Mujeres ha revelado que en los últimos tres procesos electorales hubo un incumplimiento del 12% de las listas en las cuotas de género (participación del 30% de mujeres en las listas). Es decir, en las listas en las elecciones del 2002, 2006 y 2010 hubo distritos donde no hubo ninguna mujer. Los distritos que más incumplieron la aplicación de cuotas en los tres procesos fueron: San Juan de Miraflores, Villa María del Triunfo y Villa El Salvador. (La Primera, 19.4.14).

            La participación de la mujer en política significa dar batalla, como dice aquella expresión que coreamos en las calles “sin luchas, no hay victorias”.          

Lima, 24 de setiembre de 2015.

18:22 p.m.

 

lunes, 12 de octubre de 2015

Cómo se elige un candidato presidencial


El 10 de abril de 2016 se realizarán las elecciones para elegir al Presidente, Vicepresidentes del Perú, además se votará por los Congresistas de la República para el periodo 2016 - 2021. En el caso que los candidatos no obtengan más del 50% de los votos validamente emitidos se irá a una segunda vuelta electoral el 12 de junio del 2016. 

Ante estos hechos de valorable interés nacional me he preguntado ¿Cómo se elige un candidato presidencial? ¿Qué dice y que no dice la ley electoral?. 

En el Perú,  la selección de candidatos a la presidencia no  está normada  por la regla electoral general, es decir,  la ley electoral no obliga a los partidos políticos a emplear una manera determinada para elegir a sus candidatos. Lo que si establece es que los candidatos  deben elegirse mediante comicios internos (internas, abiertas o asamblea de delegados determinado en el estatuto del partido); obliga que las elecciones sean entre el 13 de octubre al 21 de diciembre de este año. La inscripción de las fórmulas presidenciales es el 11 de enero de 2016.

¿Quiénes pueden ser candidatos?. La ley electoral establece que todos los ciudadanos tienen derecho a elegir y, al mismo tiempo, a ser elegidos para cargos de representación popular, con lo cual se suele entender que todos los ciudadanos  pueden ser candidatos aún cuando tengan que cumplir con una serie de atributos para ejercer un cargo (nacionalidad, edad, no tener causas penales pendientes, entre otros)

La selección de candidatos

La selección de un candidato supone una serie de evaluaciones previas por parte de los dirigentes de un partido o la alianza de partidos.  Si la meta  es ganar una elección, básicamente  la selección del candidato deberá estar guiada por esa premisa. Aquel candidato  que suministre a los dirigentes mayor seguridad respecto a la satisfacción de esa meta, será entonces el que tenga mayores probabilidades de ser elegido por su partido o la alianza establecida en aras de competir en su nombre. Para ello, los dirigentes deben ser cuidadosos en la elección de los candidatos que participan, ya que cada vez se vota más por personas que por programas.

Sobre este punto, hace algunos meses comencé  a escribí un artículo (que no concluí), señalaba que el candidato elegido por las fuerzas progresistas en el Perú debía ser una alternativa  política histórica respecto al electorado.  Señalaba que los candidatos debían de contar con caracteristicas determinadas: tener un perfil con rasgos de identidad nacional, ser atractivo para el electorado andino y amazónico y también  para  un centro diverso,  mostrar  emoción, pasión  y que sus ojos irradieran  luz  cuando hablara, tener una historia que subyugue y una épica que contar,  contar con trayectoria y méritos y hacer uso de mensajes cargados de ideas fuerza, además de  tener preparada su candidatura.

Ahora bien, sigamos con nuestra observación sobre la elección de los candidatos de los partidos políticos.

La designación de candidatos

Este es uno de los momentos más significativos en cualquier organización política, los que resulten nominados serán los representantes  de la  organización ante el electorado y de quienes dependerá muchas veces el éxito o la derrota electoral. Debido a ello, conseguir una buena candidatura es un recurso de poder clave en una organización política.  Además,  la postulación de un candidato es una decisión que obliga a todos los miembros de la organización que concluye con la movilización efectiva de todo el cuerpo político para ganar las elecciones.  

 

Lo cierto es que aunque éste proceso es central en la vida interna de cualquier partido político,  su estudio sobre los diversos mecanismos que las organizaciones emplean para elegir a sus candidatos,  ha recibido poca atención en el Perú.

 

¿Cuál es el cuerpo que elige a los candidatos?

 

En el Perú existe autonomía partidaria  para definir las reglas internas respecto a esta cuestión y que, por tanto, la ley  no fija mecanismos específicos para el funcionamiento de las organizaciones en la elección de sus candidatos.

 

En este sentido, el método de selección está vinculado con el organismo o cuerpo político que elige a los candidatos, sea un partido o partidos que postulan en alianzas. Esto quiere decir  que existen varios mecanismos de elección de candidatos. Puede ser una persona – es difícil de encontrar un texto partidario,  principalmente en partidos tradicionales que señale que  la elección del candidato presidencial sea realizada por una única persona,  formalmente, dicha capacidad se encuentra encubierta en los órganos del partido. Otro mecanismo es a través de un  grupo de personas, todos los miembros de la organización o miembros  de las alianzas o los potenciales votantes. La elección de uno u otro mecanismo supone una toma de decisión al interior de la organización partidaria. 

 

La realización de internas manifiesta un mayor nivel de inclusión de actores en el proceso de decisión partidaria toda vez que el partido consulta al electorado sobre quien debe ser el candidato, mientras que,  la elección por un único líder, que concentra el monopolio de la decisión de las candidaturas, marca una estructura de autoridad menos participativa que la anterior y más rígida. 

 

Entre estos dos polos, existen múltiples posibilidades que generalmente varían. Según sea el nivel de inclusión, son diferentes los involucrados en la nominación: puede ser todo el electorado, a través de una elección directa (internas abiertas); sólo los miembros registrados en el partido (internas cerradas) o los órganos colegiados internos (Convenciones, Asambleas de Delegados, este es  uno de los mecanismos más usados históricamente entre los partidos políticos cuando se deben legitimar las decisiones del más alto nivel partidario,  cuando se busca la participación de los miembros delegados a través de órganos colegiados.

 

En los  últimos años ha habido intentos importantes para que se incorporen más actores en la definición de candidatos lo que supone un mayor nivel de inclusión  de los ciudadanos en el proceso de toma de decisiones en los partidos político demostrando interés de avance electoral.  

 

Mientras tanto, a lo largo de estos meses, persisten los esfuerzos de la unidad en el seno de las organizaciones progresistas de izquierda. Hace dos días, organizaciones integradas en el Bloque Nacional Popular – Democracia Directa y  Unete firmaron un acuerdo político, Patria Libre expectante por una decisión en esta dirección, en tanto que  el Frente Amplio perfila los resultados de su  Consulta Popular del 4 de octubre. Todo este esfuerzo histórico será para confluir  en una plancha presidencial de la victoria.