sábado, 27 de enero de 2018

Elvira García y García, preceptora de la educación femenina

Elvira García y García Bert nació en Lambayeque el 1 de junio de 1862 y murió en Lima el 23 de octubre de 1951. Conformó la generación de mujeres feministas de la segunda mitad del siglo XIX. Más de medio siglo se consagró infatigablemente a la educación femenina
 
Se inició en la enseñanza en 1880, a sus tempranos dieciocho años de edad. Fundó escuelas y colegios, como el Liceo Peruano (1883) dedicado a la formación de señoritas. A propuesta de Teresa González de Fanning, dirigió el Liceo Fanning de Lima, 1894 a 1914, conocido como el germen donde brotaría la intelectualidad femenina, iniciando una serie de reformas con propuestas de un nuevo orden social en virtud de la razón que permitía la emancipación femenina. Es innegable su valor al fundar el primer jardín de la infancia o kindergarten como educación inicial y pre escolar en 1902. Su título de profesora de Segunda Enseñanza lo obtiene después de aprobar el examen de suficiencia profesional ante un jurado conformado por catedráticos de las Facultades de Letras y Ciencias en la Universidad Nacional Marcos. Título que por primera vez fue concedido a una mujer.
 
Fue periodista y colaboradora en numerosas publicaciones en los diarios El Comercio, La Prensa, La Crónica y otros. Autora de varios libros, destacando “La mujer peruana a través de los siglos” que recoge biografías de mujeres con el fin de generar una lectura femenina sobre la historia del Perú, que, como sabemos había sido ignorada por el Estado liberal.
 
 
 
Reivindicación inicial: derecho a la educación 
El reloj de la historia había tocado el momento para alcanzar la libertad de la mujer a la educación, y en esa gran proeza, estuvo presente, Elvira García y García. No podía ser de otra manera, había nacido en los años en que aparecen las primeras feministas peruanas, que como conceptualicé, hace más de treinta años, se constituyó “en el primer instante lúcido de la condición femenina del Perú, ya que no hubo otro momento en nuestro largo recorrido republicano, en que con tanta vehemencia y al unísono, las mujeres levantaran sus voces para demandar la importancia que tenía la educación para demandar la igualdad entre el hombre y la mujer”. (Lema, 1980. p. 3).
 
Las mujeres del ’70 cuestionaron la educación tradicional que afectaba a la mujer, difundiendo su pensamiento liberal por una educación moderna por lo que recurrieron a escenarios culturales, escritos, conferencias, veladas literarias como las de Juana Manuela Gorriti y Clorinda Matto de Turner. En ellas las mujeres expresaron sus ideas educativas hasta antes y después del conflicto bélico suscitado entre Perú y Chile.
 
¿CÓMO ERA LA EDUCACIÓN QUE SE IMPARTÍA A LA MUJER?
 
En 1822, los hombres que fundaron la República, inspirados en el pensamiento liberal asumieron algunos postulados en defensa de la educación femenina. San Martín dio el DS del 6 de julio de 1822 y Simón Bolívar, el 8 de julio de 1825, fundó el Colegio de Educandas del Cusco. ( p.13). Estos postulados no guardaron relación con la realidad y cayeron en esterilidad. Recordemos, el diario El Conspirador del 24 de julio de 1830, decía: “Cread buenas madres, en ello estriba toda la educación de la mujer; hacer de ellas madres de una formación exquisita fieles al hogar”(pp. 14- 15).
 
La educación liberal que recibió la mujer se dio dentro de un concepto estrecho y doméstico de la instrucción. A las mujeres se les daba cursos de elementos de la fe católica, escribir, leer y cortar, una buena parte de artes y los oficios que toda mujer debía de saber para ser buenas madres de familia, costura llana, deshilado, bordado y tejidos. (…) Distinta la enseñanza del varón que procuraba despertar en el niño su capacidad analítica y reflexiva, que posteriormente iba a ser puesta en práctica en el mundo político y social (pp. 15-16).
 
VELADAS, ESCRITOS Y DEMANDAS
 
La década del ’70 del siglo XIX permitió que el pensamiento de la mujer revele sus preocupaciones a favor del cambio social que comprometía el sistema educativo y el sistema social peruano. Prieto de Zegarra en “Mujer, poder y desarrollo en el Perú”, señala: “Las veladas literarias de la argentina, Juana Manuela Gorriti (1874), realizadas en la casona de la calle Urrutia (hoy Jirón Camaná) fue el escenario propicio para exponer y difundir sus ideas acerca de la igualdad de la educación” (p. 666). Estas tertulias cedieron el paso a la reflexión sobre la condición de género, logrando generar un semillero de intelectuales que editaron los periódicos feministas como el “El Álbum” y “La Alborada” donde se esbozaron las bases del feminismo peruano (Lema, 1980, p. 13).
 
Elvira García y García y su propuesta educativa
La educadora feminista enfrentó una serie de obstáculos en su tarea educativa al tener una visión crítica de la educación tradicional. Aperturados los colegios “el obstáculo lo pusieron los padres de familia que se negaron a mandar a la escuela a sus hijas al colegio. Temían que aquella institución creada por la República modificara la quietud de pensamiento y espíritu de sus hijas” (p. 15).
 
Aurora Marrou (2013) señala que: “La tendencia educativa que buscó fue una alternativa a la escuela tradicional cuestionada por ser un modelo centrado en el memorismo mecanicista e intelectualismo receptivo (…). Estaba tan convencida de los cambios que escribe ‘La educación del niño’ en que manifiesta la intención reformista al acercar a la escuela a la sociedad, en el nuevo enfoque asignando a la familia y en ella al papel de la mujer madre el rol educador que le compromete, sin agotar su realización como mujer en el ámbito social”

Introdujo curso de educación física

 
Otra de las innovaciones llevadas a cabo por ella fue la introducción de cursos de educación física por lo que contrató a una profesora estadounidense. No faltaron padres de familia que consideraron inconvenientes o dañinos para sus hijas esos ejercicios físicos y las apartaron del colegio.
 
La posición de García y García fue diferente a la de Teresa González de Fanning, que se opuso con tenacidad a los grupos conservadores y a la iglesia católica tradicional que concebían que la educación a la mujer debía seguir regida por los cánones de la iglesia. De este modo impulsó un feminismo moderado confiando que los derechos de la mujer se harían acorde a las normas establecidas en la sociedad peruana.
 
Elvira García y García murió en Lima el 23 de octubre de 1951, a los 89 años. Un año después, se dispuso que como homenaje a su labor educativa que el antiguo Liceo de Lima llevara su nombre: Institución Educativa Elvira García y García.
 
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Artículo publicado en diario UNO, 11 de noviembre de 2017.
 

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