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Tienen creciente presencia en las luchas sociales y políticas, haciendo recobrar la esperanza ante la frustración acumulada por el pueblo peruano.
Las elecciones se están próximas y en la escena política actual han aparecido nuevos rostros de jóvenes mujeres que han decidido rebelarse, pues como ellas dicen: “estamos hartas del sistema neoliberal y de sus prácticas donde hay una alianza a muerte entre capitalismo neoliberal y el patriarcado”.
Muchas de ellas fueron parte de la lucha de los “pulpines” que derrotó a la derecha neoliberal, derrotando a la Ley del Trabajo Juvenil.
CONTRA EL MODELO
Lo cierto es que, en estos tiempos, las jóvenes no cesan en presentarse en las nuevas movidas políticas haciendo recobrar la esperanza ante la frustración acumulada por el pueblo peruano.
Lo cierto es que, en estos tiempos, las jóvenes no cesan en presentarse en las nuevas movidas políticas haciendo recobrar la esperanza ante la frustración acumulada por el pueblo peruano.
Ellas son de izquierda y han fundado varias agrupaciones y colectivos políticos. No se cansan en tomar las calles y avenidas, exigiendo a viva voz, dar al traste con el modelo neoliberal y la Constitución política ilegítima aún vigente.
Reclaman diversidad productiva y no solo la pura extracción de los minerales e hidrocarburos, aspiran un desarrollo de la industria desde nuestras propias capacidades y una América Latina unida en la diversidad, integrada a los pueblos del mundo que luchan por la real soberanía.
Otros colectivos de mujeres reclaman el aborto en casos de violación, luchan contra el acoso político y rechazan el feminicidio que ha colocado al Perú en el segundo lugar en América Latina.
Como hace años no se veía en Lima, miles de jóvenes protestan día tras día contra las medidas neoliberales impuestas. Recordemos la victoria ganada por los “pulpines” que derrotaron a la derecha arrancándole la Ley del Trabajo Juvenil.
Es seguro que, conforme avance la campaña electoral, veremos y participaremos en nuevas y multitudinarias marchas en Lima y otras regiones ante tantas injusticias cometidas por la derecha y transnacionales que recientemente intentaban apropiarse de nuestro patrimonio histórico. Afortunadamente, el pueblo de Cusco combatió la nefasta norma acorde al modelo económico.
Hoy, felizmente, muchos jóvenes quieren hacer de la política un lugar ético y devolverle su sentido de servicio a los demás, a los pobres del Perú que votaron por el actual gobierno, que terminó traicionando la Gran Transformación.
Entre estos jóvenes sobresale Lucía Alvites, una joven que me recuerda mis años universitarios de lucha y de combate en la universidad, con ella conversé hace unos días, este es un resumen de aquella amena plática con la carismática joven que tiene mucho que contar en su corta vida política.
LUCÍA, GARRA Y CORAJE
En un café de Lima, conversé largamente con Lucía quien me comentó que sus primeros encuentros con la acción política se dieron a finales de los años noventa cuando tenía 13 y 14 años. Con sus amigas adolescentes de su colegio asistía en uniforme escolar a las marchas lideradas por estudiantes universitarios contra la dictadura fujimorista. No necesitaba mentir en casa para poder ir a esas marchas, con padres militantes de espacios de izquierda, iba con su total consentimiento, incluso a veces con ellos.
En un café de Lima, conversé largamente con Lucía quien me comentó que sus primeros encuentros con la acción política se dieron a finales de los años noventa cuando tenía 13 y 14 años. Con sus amigas adolescentes de su colegio asistía en uniforme escolar a las marchas lideradas por estudiantes universitarios contra la dictadura fujimorista. No necesitaba mentir en casa para poder ir a esas marchas, con padres militantes de espacios de izquierda, iba con su total consentimiento, incluso a veces con ellos.
Lucía siempre había estado involucrada en la política porque si de algo se hablaba en su casa era de la realidad del país. Por eso, no fue casual que decidiera estudiar sociología en San Marcos “nido de inquietudes, plaza de victorias” como la llamó el poeta Juan Gonzalo Rose a la Universidad Decana de América. Fue en esta universidad que Luciía se decidió por la organización y el activismo estudiantil.
Siempre que me encuentro con ella, obviamente es en actividades políticas donde conversamos, ella me recuerda mi activismo en las luchas sanmarquinas, donde los compañeros llegaron a llamarme “comandante” por el coraje que hacía gala en los batallas universitarias. Los tiempos han transcurrido, el país no ha cambiado. Por esta razón, las ideas y la combatividad son parte de nuestro ser, son parte del destino del Perú.
¿Y LAS ELECCIONES DEL 2016?
Hace unos días volvimos a conversar con Lucía, esta vez, hablamos del momento que vive el país y, particularmente, sobre las elecciones que tendremos el próximo año.
Hace unos días volvimos a conversar con Lucía, esta vez, hablamos del momento que vive el país y, particularmente, sobre las elecciones que tendremos el próximo año.
Enfática, como es siempre, me dijo que el peligro de que se instalaran nuevamente en el gobierno el aprismo o el fujimorismo, o que PPK llegara a Palacio para terminar de cerrar el círculo neoliberal, era tan grande como lo es nuestra responsabilidad de no dejarlos pasar.
Hizo mención a la unidad de las fuerzas progresistas y de izquierda como una urgencia para enfrentar a quienes no quieren a la patria, asegurándome que no existe diferencia justificable para que vayan separados a los comicios electorales, quienes quieren cambiar este modelo económico.
Al escuchar a Lucía y a muchos otros jóvenes siento que se van haciendo realidad los procesos de renovación que necesita urgentemente el campo progresista.
Ver a los más jóvenes en las discusiones poner por encima de las diferencias la responsabilidad con el país, me alegra y me da esperanza de que sí podemos construir una alternativa histórica que haga las transformaciones que esperábamos las hubiera promovido este gobierno que ganó con el voto de millones de compatriotas para luego traicionar.
Quería escribir sobre Lucía, particularmente porque llama mi atención la pasión con que la escucho argumentar temas fundamentales, y a la vez, otros diversos como los derechos pendientes que el Estado tiene con las mujeres. O como cuando expone su investigación, que fue un trabajo del magíster de género que concluyó en la Universidad de Chile, sobre Mamahuaco y Micaela Bastidas. Estoy, por todo esto convencida que es necesario fortalecer liderazgos jóvenes que ya le han probado al país su capacidad de enfrentar grandes retos y pelear por lo que es justo.
SERGIO TEJADA, POLÍTICO EJEMPLAR
Coincidentemente, muchos de los liderazgos jóvenes que hoy son cruciales en la escena política se formaron o colaboraron con la victoria del nacionalismo, cuando este partido era la opción de cambio, como el precandidato a la presidencia, Sergio Tejada, incluso Lucía Alvites fue una de las candidatas más jóvenes de Gana Perú al Congreso en 2011.
Coincidentemente, muchos de los liderazgos jóvenes que hoy son cruciales en la escena política se formaron o colaboraron con la victoria del nacionalismo, cuando este partido era la opción de cambio, como el precandidato a la presidencia, Sergio Tejada, incluso Lucía Alvites fue una de las candidatas más jóvenes de Gana Perú al Congreso en 2011.
El caso de Sergio Tejada es ejemplar pues, siendo un joven que no pasaba de los 34 años, asumió la conducción de la Megacomisión que investigó el segundo gobierno de Alan García y nos permitió conocer a la ciudadanía los narco indultos, las irregularidades en la construcción de los colegios emblemáticos, entre otras corruptelas.
Es verdad que los jóvenes son el futuro del país, pero yo diría que ya han demostrado que sobre todo son nuestro presente. Espero que este 2016 ellos y ellas sean los protagonistas.
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